-Siempre quise ser como vos-Sos el más parecido a mí. Jorge Bermúdez pasó por Boca y Ezequiel Muñoz tuvo la chance de conocer a su ídolo. La lesión, los consejos sobre la oferta de la Fiorentina... Una charla imperdible.
Lo ve caminar por el hall de Casa Amarilla y de entrada no se anima a decirle una palabra. Lo mira de abajo hacia arriba, también de reojo. "¿¡Cómo no iba a meter miedo!?", piensa el pibe, a modo de explicación para esa característica que tanto admiraba. "Es el que veo más parecido a mí de todos", confiesa el ídolo, sin que llegue a oídos del destinatario de semejante elogio. Ezequiel Muñoz y Jorge Bermúdez, de ellos se trata, no se conocían hasta ahora. La joven promesa y el histórico zaguero marchaban cada uno por su lado, separados por la distancia que hay entre Argentina y Colombia. Hasta que, por la visita del Patrón al país, se cruzaron de casualidad y salió a la luz toda una historia de idolatría que también incluyó consejos ante esta oferta millonaria de la Fiorentina (ver aparte). Olé los reunió, a la promesa con la gloria. Al Patroncito y al Patrón.
-Jorge, ¿lo conocías a Muñoz?
B: Sí, claro. Es un jugador con condiciones muy importantes. Sé que está lesionado en una rodilla. Pero tiene un futuro enorme.
-¿Qué te gusta de él?
B: Es rápido, fuerte, impone su físico, sabe jugar. El tiempo le va a dar la jerarquía profesional que necesita, la experiencia que ayudará a mejorar su funcionamiento defensivo y también eso que deben irradiar los jugadores en nuestro puesto. Porque el central tiene que irradiar seguridad a los demás.
-Para vos, Ezequiel, ¿qué significa Bermúdez?
M: Cuando miraba los partidos, los del Boca de Bianchi, estaba el Patrón y yo quería ser como él. Por su forma de jugar, porque veía que tenía las mismas características que yo. También estaba Samuel, pero el Patrón se hacía respetar y eso me gustaba mucho.
Nacido el 8 de octubre de 1990 en Pergamino, siempre hincha de Boca, Muñoz creció bajo el dominio del Boca de Bianchi, desde mediados de 1998. Bermúdez, en ese tiempo, era el pilar de la defensa y luego también el capitán. La imagen del Patrón convirtiendo el penal decisivo al Palmeiras en la final de la Libertadores 00 quedó para siempre. "A mí me gustaba cómo reaccionaba cuando un defensor se le hacía el malo a un delantero y él iba y le paraba el carro", cuenta Ezequiel, con la admiración de quien tiene a su ídolo al lado.
-¿Cómo fue encontrarte con el Patrón?
M: No lo conocía, así que fue una experiencia muy linda. Más que nada porque me gustaba como jugador y porque ahora me di cuenta de que es una excelente persona.
-Tal vez en algún momento heredás el apodo.
M: No, no creo. Patrón va a haber uno, pero lo que quiero es parecerme y hacer todo lo que hizo él.
-Jorge, ¿cómo ves que jugadores como él te tengan de ídolo?
B: Es muy lindo y un orgullo que muchachos como Ezequiel, que están empezando a dejar la piel en la Bombonera, quieran parecerse en algo. Aunque él va a ser mucho mejor que yo. Lo que digo es que para imponerse ahí hay que tener un carácter especial.
M: Es lo que siempre me gustó de vos, Patrón. Esa presencia, que hablabas, ordenabas, mandabas y te hacías respetar. Y más en Boca, en donde a la gente le gustan jugadores con personalidad. Siempre quise ser como vos.
B: Sos el más parecido a mí. Tenés esa personalidad y eso es importante. Y vas a tener mucho más nivel que yo. Lo que hay que entender es que llegué a Boca con más de 400 partidos en Primera y en la selección de Colombia. Lo importante es estar rodeado de gente que empuje, te ayude y colabore. Eso es lo que digo. Tranquilizate, pedile a Dios que te ayude y después entregá todo.
-Basile dijo que tenía centrales muy lindos y que necesitaba alguno fiero, pero no te nombró...
B: Sabía porque yo estaba fuera de concurso. Feo, grandote, peludo, horrible... Pienso que tiene razón, pero eso no lo quiso decir por lo físico. Lo que quiere es que se hagan respetar. Puede ser el defensor más lindo de todos pero que entre a la cancha y se ponga el uniforme de guerrero y el que se ponga frente a él salga muy mal. Que la defensa se haga respetar, sea difícil de pasar, y que los delanteros rivales no disfruten.
Temprano, antes de reunirse para Olé, en uno de los bancos del hall, Bermúdez y Muñoz se sentaron un rato y charlaron sobre una oferta que da vueltas en la cabeza del pibe y no lo deja tranquilo. "Yo soy hincha de Boca y quiero quedarme, pero lo de la Fiorentina también es importante. No sé qué hacer...", cuenta Ezequiel.
-Jorge, ¿qué le recomendaste a Ezequiel?
B: Recién nos conocemos, pero cuando llegué me dijo: "Jorge, mirá que siempre te admiré". Y se lo agradecí. El es un muchacho inteligente al que muy rápido quieren llevarse de otros clubes. Su cabeza tiene que estar en recuperarse bien, volver, ser titular y salir campeón. Es lo único en lo que debe pensar.
-¿Vos harías eso?
B: No pensaría en nada más. No es problema mío si me quiere la Juventus y el Manchester. Ya se lo dije: "Vos tenés 100 neuronas, poné 99,9 en ponerte fuerte y ser figura acá".
M: Le pregunté a Jorge cómo me veía y me dijo que esté tranquilo, que la cabeza esté en la rodilla en positivo. Me estoy entrenando al 100% y en dos meses y medio o tres voy a volver. Pero estoy tranquilo entre comillas. Porque todavía no está claro si se va Forlin o yo. Lo que quiero más que nada es que se defina urgente.
B: Tenés que pensar que hay tiempo para irte. Si te vienen a buscar lesionado es por la clase de jugador que sos. Si jugás y salís campeón vas a valer tres veces más. Los dirigentes deben pensar como yo, que te recuperes para arrancarle la cabeza al que venga a buscarte.
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